ACERCA DE RETOS, DESAFÍOS, IDEALES Y SUEÑOS


En la actual “Sociedad del Conocimiento” el triunfo y la consecución de metas, personales o corporativas, no surgen fácilmente; el éxito sólo puede obtenerse a través de retos, desafíos, ideales y sueños.  La humanidad se encuentra iniciando una nueva etapa con rasgos hasta ahora inéditos, enfrentando los cambios que surgen permanentemente.  La convivialidad ha de ser el reto central para la reflexión y la acción en el presente siglo.

Los trabajadores excelentes son los que proponen retos y luchan para conseguirlos; la estrategia no consiste en hacer esfuerzos aislados para buscar un objetivo, sino en trabajar de manera colectiva para alcanzar el ideal; no importa qué tan difícil sea el reto y cuánto tiempo lleve lograrlo; lo realmente importante es la actitud ante la vida y no flaquear bajo ninguna circunstancia.

Un desafío implica enfrentarse a las dificultades con decisión, las complejidades por venir son múltiples. El agotamiento de la naturaleza, debido al abuso desmedido, la necesidad del Desarrollo Sostenible, la trasformación del ciudadano en consumidor, el problema del dominio de lo imponderable, el constante avance tecnológico, la crisis en las relaciones interpersonales con la alteridad, en general son, entre otros, los desafíos del futuro inmediato.

En el camino del éxito, los ideales son básicos porque permiten plantear grandes objetivos, los cuales requieren de un esfuerzo adicional qué facilite su logro. Las metas favorecen a la empresa de dos maneras: licencian la medición del desempeño y ayudan a realizar de forma sencilla las grandes tareas. La generación de ideales es indispensable como punto de partida para alcanzar el triunfo y para demostrar perseverancia.

La vida no es solo materia de ideales, estos se integran con los sueños. Los sueños siempre existen y muy poca gente lucha por hacerlos realidad. Un buen sueño debe despertar el entusiasmo y las mejores capacidades del Talento Humano para obtener sus objetivos.  Sea cual sea el desafío, una buena disposición mental siempre ayuda a triunfar, pues a pesar de los contratiempos la energía mental y la convicción ante el éxito derriban cualquier barrera.

No sólo con soñar se logran las metas; se debe actuar con visión prospectiva, con visión de futuro; no de un futuro tendencial o ilógicamente ineludible, sino de un futuro múltiple, saturado de posibilidades, de imprevistos, de temores, de deseos y de sueños; y, además, de ocasiones para que el Talento Humano pueda virar el destino, crear y cambiar paradigmas, y luchar por lo que cada persona, o colectivo, desea para su futuro.

 Los cambios que se avecinan en nuestro día a día y, muy especialmente en la dinámica empresarial, serán parte de un proceso mayor de destrucción creadora que traerá efectos muy relevantes para diferentes grupos de interés, de los cuales hay que hacerse cargo.

Si bien, los elementos básicos de la planificación se encuentran en el presente, es en el futuro donde se desarrolla su dinámica y su potencialidad. Sea planeación estratégica, táctica u operativa, el liderazgo de quienes la lleven a cabo, requiere como ingredientes primordiales para el trabajo, la claridad de alternativas, y la actitud personal, hacia la Seguridad Humana, la Conciencia Ambiental, la Calidad de Vida y la Responsabilidad Social Corporativa.

Lo ideal, es llevar la responsabilidad social más allá de una posición defensiva o reactiva, a una proactiva, implicando un liderazgo empresarial distinto al que al día de hoy prevalece en el mundo de los negocios, un liderazgo sensible y responsable. En muchos sectores de la industria existe un gran entusiasmo por gestionar la responsabilidad social e, incluso, de estimular la agencia ciudadana de las organizaciones.

El trabajo, por tanto, adquiere un significado profundo cuando trasciende de las personas y proyecta los valores para contribuir a un mejor entorno social.  La Responsabilidad Social Corporativa, asociada a los conceptos de Capital Humano y Capital Intelectual, son los elementos constituyentes del Capital Social y contribuyentes para el desarrollo social.

El Capital Social como bien público esencial, es más importante para el bienestar de la humanidad que los bienes materiales. Decenas de estudios han demostrado que la posesión del Capital Social permite pronosticar la probabilidad de felicidad humana mejor que la posesión del capital económico. El mejor predictor de la felicidad de una persona, es la amplitud y profundidad de sus relaciones sociales.

El Talento Humano competitivo, dominante en el próximo futuro, estará formado por personas ordenadas, creativas, proactivas, interactivas y colaborativas; y para ello, es necesario formar seres humanos, cuyas emociones y sentimientos, estén en equilibrio con la razón y con sus conocimientos, que no menosprecien a los demás y que entiendan el camino de la solidaridad, de la confianza, de la Seguridad Humana, del trabajo en equipo y del bienestar social comunitario.


Por: Oliverio García Palencia / Consultor Internacional en Gestión de Activos y Excelencia Operacional. Email: oligar52@yahoo.com

Fuente: Texto tomado de la página 190 del libro del autor:

GARCÍA P., Oliverio. (2013). “Confiabilidad Humana, Clave de la Competitividad Organizacional”. Impresos LEGIS. Primera Edición. Bogotá, Colombia.

 

Nota: La foto es del VII Congreso Mundial de Mantenimiento en Cartagena, Colombia, 2015. Los derechos pertenecen al autor.


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