Una historia sobre patentes



Por:  Brenda Valderrama Blog

Las patentes son derechos que otorgan los gobiernos a los inventores para la comercialización exclusiva de sus productos.

La primera patente se otorga en 1449 para un proceso de fabricación de cristal usado por los vidrieros venecianos. Desde entonces se han otorgado millones de patentes pero hoy quisiera comentar sobre un producto conocido por nosotros, el cinturón de seguridad y su interesante historia de patentes.

En 1885 Edward J. Claghorn patenta en Nueva York algo parecido a un cinturón de seguridad pero sin dirigirlo al uso en automóviles. No es sino hasta 1930 cuando se incorporan los primeros cinturones de seguridad como accesorio automotriz, un modelo conocido como de dos puntos, similar a los que se usan actualmente en autobuses y aviones. Para 1950 la empresa sueca Vattenfall (el equivalente de la CFE en ese país) realiza un estudio sobre las causas de falta por accidentes entre sus empleados encontrando que la principal causa eran los accidentes automovilísticos. Dos ingenieros de la empresa, Oldegard y Weman, desarrollan la idea básica de un cinturón de seguridad y la regalan a la fábrica de automóviles Volvo para su implementación. Ocho años después Nils Bohling, un ingeniero en aviación especialista en asientos de escape, patenta, mientras trabaja en Volvo, el cinturón de seguridad de tres puntos que es el que se usa actualmente. Un año después el cinturón de seguridad era ya un accesorio de rutina en todos los modelos Volvo. De manera independiente y en el otro extremo del mundo, en 1952 el Dr. C. Hunter Shelden, un neurocirujano de California, inventa los cinturones de seguridad retraibles. Esto lo hace basado en su experiencia atendiendo heridos en accidentes de tránsito. Al mismo tiempo propone una serie de accesorios adicionales como son las bolsas de aire.

Ahora, ¿qué tanto se le puede patentar a un cinturón de seguridad? Pues se trata de diferentes mecanismos o aditamentos que mejoran su funcionalidad e incrementan la seguridad del pasajero. Por ejemplo, los retractores que son el mecanismo de bloqueo del cinturón que se activa con la inercia de un choque o al frenar bruscamente. También están los pretensores, que son unos engranes que ajustan con firmeza el cinturón en caso de un choque. Algunas versiones lo hacen también en aceleración o frenado bruscos.

Algo que quisiera mencionar es que la empresa sueca Volvo, dueña de la patente, decidió en su momento no ejercer su derecho de exclusividad sobre el diseño de Bohling por razones humanitarias. Efectivamente, el uso del cinturón de pasajeros de tres puntos ha salvado más de un millón de vidas desde 1958.


Fuente: https://www.elsoldecuernavaca.com.mx/columna/una-historia-sobre-patentes

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