Por: Ing. Fanny Santeliz / SERGIA C.A
Mientras en América Latina las empresas están desarrollando sus procesos operativos hacia la digitalización, mediante la incorporación de tecnología en los diversos puntos de su cadena de valor a través del uso de softwares de gestión especializados, la robótica en los procesos productivos, los controles de procesos y logística de inventarios a través de la telefonía móvil; todo ello con la propuesta de incrementar la eficiencia en gestión y minimizar los costos. En el panorama empresarial venezolano actual nos topamos con retos que requieren del desarrollo de otras destrezas, para garantizar la sustentabilidad de las empresas; sin perder de vista que en el entorno industrial de nuestros competidores latinoamericanos se está avanzando hacia un marco de referencia de transformación digital.
El entorno venezolano actual y el que depara el corto y mediano plazo, requieren que las organizaciones centren su mirada en:
Desarrollar capacidades adaptativas con dosis de agilidad.
Interpretar los síntomas del entorno y transformar esos indicadores en brújulas como ejercicio de análisis, para generar escenarios dinámicos de actuación. Lejos de creer que en entornos volátiles la planificación no tiene cabida, los tiempos complejos requieren de una capacidad de respuesta donde la improvisación se reduzca al mínimo.
Al entender que esta nueva realidad empresarial venezolana requiere de procesos ágiles, consistentes y resilientes, para mantener las operaciones en marcha; nos invita a pensar qué estamos haciendo para garantizar la sostenibilidad de la organización en estos tiempos y también nos lleva a preguntarnos qué estamos dejando de hacer hoy para garantizar el mañana.
Ante este reto empresarial resulta necesario para la organización trabajar en el desarrollo de estrategias emocionales con foco en la gente, para propiciar la flexibilidad, capacidad de respuesta ante las dificultades y la creatividad. Sin embargo y en igual magnitud es indispensable reconocer las brechas técnicas de las operaciones.
Esta revisión interna nos hace diseñar estrategias que permitan resultados a corto plazo, sin que ello signifique sacrificar la visión a largo plazo de la empresa.
En este sentido y basándonos en la teoría de los sistemas, podemos interpretar que la organización, como todo sistema abierto, es permeable al dinamismo del entorno y con procesos internos con propiedades y características propias. Identificar las brechas, bajo una mirada trasversal del negocio que incluya áreas funcionales y de servicio como: Producción, Mantenimiento, Calidad, Logística, Seguridad Integral, Tecnología, Ingeniería; permitirá establecer claramente las variables de enfoque para trabajar en metas específicas y alcanzables durante estos tiempos de ajuste.
Un Diagnóstico Integral de Operaciones como herramienta de gestión y mirada global de la organización será el punto de partida para generar planes de mejora que permitan:
Optimizar los procesos hacia acciones agiles, dinámicas y eficientes
Identificar el talento de la organización y desarrollar alianzas colaborativas en pro de mejoras internas.
Aprovechar los recursos técnicos.
Priorizar las variables donde la energía de la organización debe enfocarse.
Minimizar los costos operativos al generar una cultura de respuesta flexible, resolviendo los obstáculos con ideas más claras.
Este enfoque integral abre las puertas para desarrollar soluciones, orientar y aprovechar las competencias y en consecuencia apalancara la productividad de la organización y su capacidad de respuesta en el panorama actual. El desafío empresarial está aquí en el día a día. Permitamos aun mirar a lo lejos, pero actuando desde cerca, al alcance de nuestras manos.