El presente artículo de carácter informativo fue elaborado para todo el personal técnico y gerencial que labora en edificaciones institucionales, comerciales e industriales que utilizan sistemas de climatización. La información técnica mostrada no pretende establecer un lineamiento único, sustituir una normativa técnica o desconocer algún decreto de emergencia sanitaria dictado por las autoridades para evitar la propagación de enfermedades frente a la situación, mucho menos se pretende causar alarma entre los usuarios; por el contrario, el objetivo es hacer un llamado a la calma, reforzar las medidas de prevención contra la propagación del virus y contribuir como un soporte informativo y técnico para la sociedad en general ante la crisis sanitaria global actual.
La información y datos presentados, proviene de trabajos de
campo y estudios recientemente elaborados, los cuales han sido publicados por corporaciones
e instituciones técnicas para la salud, la higiene y el ambiente frente a la
situación de emergencia global que sobreviene en todos los continentes, países
y comunidades. Los conceptos técnicos descritos están alineados con la
literatura desarrollada y publicada por asociaciones profesionales, fabricantes
de equipos de climatización y organismos para la prevención de enfermedades.
Está fuera del alcance de esta reseña, las directrices y acciones a tener en
cuenta para la gestión de instalaciones hospitalarias; y las áreas críticas de
determinados procesos farmacéuticos o de la industria alimenticia que requieran
la aplicación de normativas sanitarias especiales; aunque los conceptos
técnicos y recomendaciones aquí descritos se pueden aplicar en cualquier
edificación como medidas complementarias a la normativa sanitaria vigente,
establecida por los organismos y ministerios de salud de cada país o región.
Según los últimos informes de la OMS (Organización Mundial
de la Salud), el virus COVID-19 se transmite fundamentalmente a través de gotas
de saliva o secreción de la nariz cuando una persona infectada tose o estornuda
[1]. En algunos estudios recientes [2] y [3], se afirma que al
hablar y respirar también es posible liberar gotas y partículas. Las gotas
generalmente caen al suelo, o en objetos, a no más de 1 metro, mientras que las
partículas más finas denominadas habitualmente como aerosoles se comportan más
como un gas y pueden viajar por el aire por distancias mayores, pudiendo
alcanzar a las personas o depositarse en las superficies cercanas [4]. Hasta el
momento, los principales mecanismos identificados para la propagación del virus
son:
* Contacto directo entre personas.
* Contacto indirecto con objetos
inanimados que estén contaminados (utensilios de trabajo, manillas de puertas,
objetos de uso cotidiano).
* A través de las manos hasta las
membranas mucosas.
* Exposición cercana a aerosoles expedidos
por personas contagiadas.
Los principios básicos de distanciamiento social (de 1 a 2
metros), la higienización constante de superficies de contacto y el lavado de
manos frecuente son importantes métodos de prevención que se deben adoptar en
cualquier entorno de convivencia. Ante la potencial tragedia, responsablemente
algunas autoridades nacionales y municipales en todo el mundo han cerrado
edificaciones para servicios diversos no esenciales y emplean estrategias para
el confinamiento temporal de los ciudadanos en sus hogares con la finalidad de
lograr el aplastamiento de la curva de infectados y evitar la saturación de los
sistemas de salud; sin embargo, se permite el funcionamiento de edificaciones
que prestan servicios a las comunidades como expendios de alimentos y
medicinas, instalaciones comerciales de servicios, fábricas de productos
diversos, estaciones y redes de transporte público entre otros.
El uso adecuado y responsable de los equipos de
climatización en las edificaciones de uso esencial contribuye a disminuir la
probabilidad de exposición de las personas, de modo que garantizando niveles
aceptables de concentración de aerosoles y otros contaminantes en el aire de las
edificaciones, se puede evitar focos de contaminación. En este sentido, la
agencia de protección ambiental de EEUU (EPA) por sus siglas en inglés, define el término “Calidad del Aire Interior” (IAQ),
como la calidad del aire dentro y alrededor del edificios y estructuras, especialmente las
condiciones ambientales que afectan la salud y el confort de los ocupantes del
edificio [5]. Además de las condiciones que afectan el confort como son
temperatura y la humedad; se identifican los contaminantes que afectan la IAQ,
los cuales se clasifican de la siguiente manera:
Clasificación de contaminantes del
aire interior
|
|
Inorgánicos
|
Monóxido de carbono, dióxido de
carbono, óxidos de nitrógeno, partículas, fibras minerales, ozono, óxidos de
azufre
|
Orgánicos
|
Compuestos orgánicos volátiles (COVs)
|
Contaminantes de origen biológico
|
Virus, hongos,
bacterias, ácaros, pelo y caspa de mascotas
|
Mezclas
|
Humo de tabaco, plaguicidas,
ambientadores, desinfectantes, productos químicos
|
Alérgenos
|
Hongos, moho, ácaros del polvo, caspa
y pelo de mascota, cucarachas, plantas
|
Frente a la emergencia sanitaria, diversos organismos,
asociaciones técnicas y fabricantes de equipos vinculadas al sector de aire
acondicionado, ventilación y refrigeración han venido colaborando con la OMS, elaborado
estudios sobre la marcha, emitiendo recomendaciones e indicando procedimientos
y buenas prácticas para la ejecución de rutinas de operación y mantenimiento en
edificios climatizados, a fin de generar propuestas para contener del virus.
Entre las organizaciones ligadas a la industria de la
climatización que trabajan para generar un consenso científico acerca de la
operación de los sistemas HVACR frente al COVID-19, destacan los informes y
recomendaciones de la Sociedad Americana de Ingenieros en Calefacción,
Refrigeración, Aire Acondicionado, Ventilación (ASHRAE) [6] y la Asociación del Medio Este Europeo de
fabricantes de Equipos de Calefacción, Ventilación, Aire Acondicionado y
Refrigeración (EUROVENT MIDDLE EAST) [7]; quienes coinciden en
algunas estrategias relacionadas con los sistemas HVACR para mantener la
calidad del aire durante la emergencia sanitaria en los espacios climatizados
de uso esencial no hospitalarios. A continuación, se presentan estas
recomendaciones:
a) Disminuir al mínimo posible la cantidad de ocupantes dentro de un espacio climatizado.
b) Aumentar la aportación de aire exterior en espacios climatizados. Con una menor ocupación en el edificio, esto aumenta la dilución efectiva por persona.
c) Desactivar sistemas de ventilación controlada por demanda (DCV) si la edificación cuenta con ellos.
d) Mejorar la filtración centralizada del aire haciendo uso de baterías de filtro MERV-13 (en Europa equivale a un filtrado F7 conforme a EN 779:2012), o utilizar el cartucho filtrante disponible con el grado de filtración más alto posible, siempre que el cartucho sea compatible dimensionalmente con los rieles portantes de los filtros dentro de los equipos de climatización.
e) El procedimiento de instalación y sellado los bordes del filtro debe ser el adecuado para limitar fugas e infiltración de aire contaminado al mínimo posible.
f) Considerar el uso de filtradores portátiles con filtros HEPA, particularmente en espacios de alto riesgo como salas de espera, centros de detención y refugios.
g) Mantener los sistemas HVAC funcionando durante más horas, si es posible 24/7, para mejorar las acciones anteriores.
h) Implementar o mejorar la frecuencia de los planes higienización interna de ductos y difusores de aire acondicionado.
i) El personal que realiza labores de higienización de ductos, limpieza de equipos y cambio de filtros debe estar adecuadamente capacitado para realizar las labores de forma segura, debe utilizar los equipos de protección personal y disponer de los desechos adecuadamente.
Ante la crisis sanitaria, mantener la calidad del aire
interior (IAQ) de las edificaciones se convierte en una necesidad que puede
hacer la diferencia en la carrera para evitar el colapso de los servicios
hospitalarios ante la posibilidad de aumento de la tasa de contagios. Dada la
novedad del COVID-19, muchos estudios revelan a diario nuevas posibles formas
de contagio, por esta razón el desafío de los ingenieros y personal técnico de
HVACR en conjunto con propietarios y administradores de edificaciones es el de
evaluar continuamente la correcta operación los sistemas de climatización
disponibles, y de ser necesario tomar
las acciones correctivas para el funcionamiento adecuado de los sistemas de
climatización, estar atentos a posibles actualizaciones de las normativas y
medidas sanitarias propuestas por organismos técnicos y las autoridades competentes
para de esta manera disminuir los riesgos y garantizar a los usuarios el mejor
servicio posible a dentro de los
estándares establecidos.
Por: Fernando Quijada
Ingeniero mécanico especialista en sistemas de climatización
Director en I+D Ingeniería y Desarrollo, C.A
Director en I+D Ingeniería y Desarrollo, C.A
Referencias
[1] OMS febrero de 2020. IClV (Comite Internacional
de Taxonomfa de Virus) COVID-19 es el nombre dado a la enfermedad
causada por el SARS-CoV-2, también conocido como el nuevo coronavirus.
[2] Bischoff 2013. “ASHRAE Position Document onAirborne Infectious Diseases, 2014, 2020”.
[3] Yu y col. 2004; Li y col. 2005a, 2005b.“ASHRAE Position Document onAirborne Infectious Diseases”.
[4] bioRxiv, Marzo de 2020. "Aerodynamic
Characteristics and RNA Concentration of SARS-CoV-2 Aerosol in Wuhan Hospitals
during COVID-19 Outbreak,", preimpresión no revisada.
[5] United States
Environmental Protection Agency EPA. Sitio Web
oficial
[6] Lawrence J. Schoen, ASHRAE Journal Marzo
2020. Guidance for
Building Operations During the COVID-19 Pandemic
[7] Eurovent Middle East Marzo 2020. “COVID-19
Recommendations for Air Filtration and Ventilation (EME-GEN - 20004.00)”.